Con más de 20 años de experiencia, Estrella, una higienista dental en DeBary Odontología durante los últimos dos años, ha visto de primera mano cómo la odontología se ha transformado y su papel ha evolucionado como higienista. Siguiendo los pasos de su padre, comenzó su carrera en el cuidado de la salud como asistente de enfermería certificada. Sin embargo, su fascinación de toda la vida por mirar los dientes de las personas cuando hablan la llevó rápidamente en una dirección diferente.
En 2001 empezó a trabajar como asistente dental y, al poco tiempo, supo que había encontrado su vocación en la higiene dental. "Me encanta", recuerda. "Y 20 años después, todavía me gusta".
Para Estrella, la higiene es mucho más que los dientes. "La higiene no es sólo higiene; a veces tiene muy poco que ver con los dientes y las encías. Se trata de la persona", afirma. A los pocos minutos de conocer a un paciente, puede percibir su personalidad, su nivel de comodidad y el enfoque al que responderá mejor. Cada paciente es único, pero su objetivo es "intentar impresionarles como lo hice el primer día, tanto si es un paciente nuevo como si ya lo es". A la gente le encantará una buena limpieza, pero no siempre la recordará. Recordarán cómo les hiciste sentir en el sillón, lo que les hace volver".
Estrella también ha visto evolucionar la odontología hacia un enfoque mucho más integral. "Revisamos todo, desde los historiales médicos y los factores de riesgo hasta los cambios en el estilo de vida, porque lo que ocurre en el cuerpo se refleja en la boca", afirma. Se apoya en la transparencia, la compasión y lo visual a la hora de presentar los planes de tratamiento. "Los pacientes necesitan ver lo que tú ves. Las fotos, las radiografías y la información marcan la diferencia, sobre todo cuando se habla de procedimientos complejos o costosos."
La odontología, reconoce, no siempre tiene la mejor reputación. Muchos pacientes acuden con recuerdos de malas experiencias pasadas. Por eso toma la iniciativa y prepara a los pacientes para lo que les espera. "Si un médico viene y le dice que necesita una corona, puede dejarle un mal sabor de boca", explica. "Pero si ya les he explicado lo que estoy viendo, se suaviza el golpe. Bromeo con los pacientes diciéndoles que yo soy el malo, para que el médico no tenga que serlo. Se trata de trabajar en equipo". Esa es la mejor ayuda que se le puede dar a un médico. Respalda a tu médico y ten una buena relación con él.
El trabajo en equipo también desempeña un papel importante en la creación de una consulta próspera. Estrella subraya la importancia de la comunicación y el apoyo mutuo en una consulta multidisciplinar con ocho higienistas: "Nos cubrimos las espaldas", dice. "Si alguien se ahoga, saltas y le ayudas. Así es como hacemos que las cosas funcionen".
¿Su mensaje para los aspirantes a higienistas? No se dediquen a esta profesión sólo por el sueldo. "Si no amas a la gente, te quemarás", advierte. "Nuestro trabajo es hacer que los pacientes sientan que son la única persona que importa en ese momento. Eso es lo que hace que vuelvan".
Desde tratar a pacientes difíciles con amabilidad hasta mantener conversaciones sobre seguros con empatía, Estrella nos recuerda que la higiene dental tiene que ver tanto con las personas como con los procedimientos. Y para ella, eso es exactamente lo que hace que sea una carrera tan gratificante.
