La trayectoria del Dr. Chin Park hasta convertirse en dentista no es la habitual: está marcada por la perseverancia, la fe y un gran corazón para ayudar a los demás. Al crecer en una familia de militares en Corea, el Dr. Park y su hermano pequeño aprendieron pronto a salir adelante con un presupuesto limitado. "Por aquel entonces, vivir con un solo sueldo militar significaba prescindir de lujos. A medida que crecíamos, nos dábamos cuenta de que no nos daban una mochila nueva todos los años ni zapatos nuevos todos los años. Así es como crecimos", explica la Dra. Park.
Pero sus padres hicieron todo lo posible para que sus hijos no sintieran que se lo estaban perdiendo, y ese sentimiento de gratitud ha acompañado al Dr. Park desde entonces.
Cuando llegó el momento de ir a la universidad, el Dr. Park no empezó soñando con estudiar odontología. De hecho, primero estudió ingeniería y la medicina ni siquiera estaba en su radar. "No creía que fuera lo bastante listo para dedicarme a la medicina", recuerda. Pero mientras él estudiaba ingeniería, su hermano pequeño estudiaba odontología, lo que despertó el interés del Dr. Park por este campo. Pero el dinero seguía siendo un problema. Nos consideraban estudiantes internacionales, así que no podíamos optar a ninguna ayuda económica. No teníamos derecho a nada. Así que mamá y papá tuvieron que encontrar la manera de enviar a dos chicos a la universidad, pagando matrículas fuera del estado y sin vivir en residencias durante cuatro años cada uno. Y de alguna manera, de alguna forma lo hicieron. Nunca tuvimos la sensación de perdernos nada. Ahora lo recuerdo y pienso: ¿cómo demonios lo hicieron?".
A medida que avanzaba en la odontología, el camino no fue fácil. Para entrar en una facultad de odontología tuvo que hacer tres rondas de solicitudes. En las dos primeras, fue rechazado por todas las facultades a las que se presentó: 23 en el primer intento y 27 en el segundo.
"Por aquel entonces estaba casado. Mi mujer trabajaba y yo no, pero como fui ingeniero durante seis años, tenía una buena cantidad de calderilla ahorrada y podía centrarme en la facultad de Odontología. Tras el rechazo de las 27 facultades, estuve a punto de tirar la toalla. Ser marido y no trabajar no sienta bien. Así que la tercera vez que me presenté, pensé: '¿Sabes qué? Me apunto". Solo solicité plaza en una escuela. Le dije a Dios que ayudaría a tanta gente como pudiera si tenía la oportunidad. Pues bien, entré", dice sonriendo.
La historia del Dr. Park va más allá de la determinación. Se inspiró muy pronto en su mujer, a la que vio dar prioridad a su familia cuando su madre enfermó. Ella había tenido éxito desde muy joven, incluso se compró una casa antes de cumplir los 22 años. Pero cuando su madre necesitó ayuda, no dudó en vender su casa y su coche y poner todo lo que tenía al cuidado de su familia. Observar su abnegación enseñó al Dr. Park una valiosa lección sobre cómo utilizar lo que uno tiene para ayudar a los demás, y es algo que ha llevado consigo a su consulta dental.
Hoy, el Dr. Park ve su trabajo como algo más que cuidar los dientes; lo ve como una oportunidad de ayudar a quienes quizá no tengan acceso a la atención que necesitan. "Lo veo más como 'si no lo hago, estoy privando de algo a otro ser humano'. Como hombre de fe, Dios me ha dado esta oportunidad, esta capacidad y esta plataforma para prestar este tipo de servicio a la gente", nos dice.
Es especialmente consciente de que muchas personas no tienen seguro dental y a menudo tienen que elegir entre tratarse un doloroso dolor de muelas o cubrir los gastos básicos. En su consulta, se esfuerza por echar una mano a quienes realmente intentan mejorar sus vidas, especialmente a quienes hacen todo lo posible por pagar lo que pueden, por poco que sea. Para el Dr. Park, eso demuestra verdadero carácter y deseo de superarse, y él está más que dispuesto a apoyarles como pueda.
El Dr. Park no ofrece tratamientos dentales gratuitos a todo el que se lo pide, pero siempre intenta ayudar en lo que puede. Para él, se trata de reconocer lo bueno de las personas, apoyar sus esfuerzos y marcar la diferencia. Su trayectoria nos recuerda que el éxito no consiste sólo en alcanzar metas personales, sino también en utilizar el éxito para ayudar a los demás.
La historia del Dr. Park no trata sólo de sus logros como dentista, sino también de los valores que conforman su consulta y de la generosidad que aporta a cada paciente que conoce.